Cristobal Fones: “Abrir el corazón al Jesús de todos los rostros”

“Me hice cura no para no amar, sino para amar más fuerte a través de estas canciones”. Cristóbal Fones SJ es un sacerdote chileno perteneciente a la Compañía de Jesús. Sus canciones se escuchan en misas y adoraciones eucarísticas, suenan en Spotify y en YouTube en distintas partes del mundo, tienen varios covers pero, sobre todo, ayudan a muchos a rezar y encontrarse frente a frente con Dios.

En su tercer viaje a la Argentina, en el marco de su misión itinerante, el sacerdote cantautor jesuita compartió con Iglesia Millennial sus vivencias cotidianas y cómo transita el ministerio de la música: “Las canciones salen pero no me pertenecen”, afirma con una sonrisa.

El padre Cristóbal habla con un tono de voz muy sereno. Y aunque, al subir al escenario despliega toda su personalidad, se lo nota un tipo sencillo y tranquilo. En su gira más larga desde que dedica tiempo a dar conciertos musicales, visitó Buenos Aires y cantó en el festival interreligioso Buenos Aires del Encuentro.

¿Misión itinerante?

Se trata de una «intuición muy jesuita». El provincial de Chile destinó, a partir de la invitación del papa Francisco a una Iglesia en salida, al padre Cristóbal a recorrer el sur del país, especialmente para acompañar las comunidades geográficamente más retiradas o de frontera. También le encomendó el mundo universitario, «que para la Iglesia es una frontera», nos cuenta el sacerdote, «los jóvenes atraviesan un período de exploración muy fuerte donde hay poco acompañamiento. Sobre todo los que migran a otras ciudades por razón de estudio, están muy solos».

De la mano con esta misión, está el ministerio musical de Fones: «Soy sacerdote y mi manera de transmitir la Buena Noticia, lo que sueño, lo que espero, lo que amo, es a través de las canciones: si doy un retiro me pongo a cantar y también se ve reflejado en mis prédicas». Confiesa que no está muy habituado al «toque artístico» que implica cantar en los escenarios. De hecho, participó en la Jornada Mundial de Juventud en Panamá, pero pidió no estar en los grandes eventos, sino en los barrios, compartiendo con la gente y dialogando, conociendo sus realidades, porque «no hay que perder ninguna oportunidad de expresar lo que nos enamora», menciona.

«Soy muy desapegado. Las canciones salen pero no me pertenecen».

En las redes se siente «un troglodita digital», asume que no las usa bien y que no sigue a más personas «porque sino estaría todo el día distraído viendo sus historias». Pero al recibir gran cantidad de mensajes de personas de distintas partes del mundo, se emociona y alegra: «Me llegan testimonios lindos de contar, gente que a través de las canciones ha experimentado sanación, alegría, esperanza. Pero muchas veces no puedo responder con la calidad que quisiera…«, lamenta.

Al escuchar nuevas versiones de sus canciones, el padre Cristóbal siente que «ha cumplido un objetivo». «Soy muy desapegado. Las canciones salen pero no me pertenecen. Las siento propias pero no las retengo, me gusta que vuelen, que tengan sus versiones». Es que «el que sale homenajeado es Jesús, son para Él», asume. Y el resultado más lindo es ver que las canciones acompañan y ayudan a las personas. Sin embargo, «jamás me soñé teniendo esta cantidad de actividad musical, no estaba en el horizonte, se ha ido dando porque la Iglesia lo pidió».

Sus superiores siempre han promovido que cante, pero nunca ha sido su misión principal, «he tenido que lidiar con la falta de recursos y de tiempo». Sin embargo, «el apoyo ha sido irrestricto«. «Con el nuevo provincial estamos tratando de darle más tiempo, porque vemos un fruto mayor y un alcance muy grande. En la situación eclesial tan dura que vivimos en Chile, es una linda noticia para compartir».

«no hay que perder ninguna oportunidad de expresar lo que nos enamora»

Inspiración ignaciana

Como hijo de Ignacio de Loyola, lo social predomina en las letras de Cristóbal Fones. «Los jesuitas promovemos la fe que busca la justicia, como dos dimensiones inseparables de lo mismo», expresa y asume que «ser cristiano es ser social». El sacerdote chileno no cree «en un Dios al que se lo esté alabando todo el tiempo y quiera homenajes». Más bien, afirma que «lo que agrada a Dios es que nos tratemos como hermanos y hermanas».

«Lo que agrada a Dios es que nos tratemos como hermanos y hermanas».

«Cumplir la voluntad de Dios es transmitir su Palabra, conectarme con su Evangelio, conectarme con las personas, especialmente con aquellas que nos van mostrando su rostro dolorido y sufriente».

Se considera una persona «bien sensible» que, desde el arte, se ha conectado de una manera muy honda con la mujer, con los indígenas, los migrantes y ha escuchado la diversidad sexual: «He aprendido a abrir mi corazón al Jesús de todos los rostros», menciona.

Disfruta de «buscar y hallar a Dios en todas las cosas y en todas las personas», e intuye que hoy «el espíritu nos está invitando a un diálogo desde la ternura, no desde la violencia». «Estamos acostumbrados a tirarnos piedras. Pero es el tiempo del amor. El amor nos enlaza. A veces es más fácil no amar, porque el amor nos hace vulnerables pero el amor es el camino, estoy seguro de eso. Me hice cura no para no amar, sino para amar más fuerte y a través de estas canciones, que son vehículo para el amor».

«La ternura va a transformar este mundo en un lugar más justo».

Al pedirle un mensaje para los jóvenes, el sacerdote chileno reflexiona y afirma: «Mi mensaje es de amor y cariño: lo que trato de hacer a través de mis canciones es quererlos a ustedes, a la gente  que me escucha. No se trata de algo centrado en mí, sino de regalar ternura. Creo que la ternura va a transformar este mundo en un lugar más justo. Cuando vemos al otro con cariño y proximidad, ya no es un adversario sino un hermano. Luchen por todos y por todas, sean creyentes o no, porque en cada uno el Señor nos está hablando al corazón. Son personas dignas porque son hijas de nuestro Padre y nosotros queremos abrazarlas con toda el alma y con todo el corazón. La música es para servir la misión de Cristo y del Reino. ¡Luchemos juntos en esta!«.

«buscar y hallar a Dios en todas las cosas y en todas las personas»

Próximos proyectos

En la agenda del padre Cristóbal hay muchos proyectos dando vueltas. Habrá un disco nuevo que le encomendaron las hermanas Carmelitas Descalzas del santuario Santa Teresa de los Andes en Chile, al cumplir su centenario: «Son canciones muy místicas, bien lentas, con teología del siglo XX, pero me pareció importante dar mi voz ahí también, a una experiencia de santidad de mujeres extraordinarias: son textos de sus cartas».

Hacia noviembre o diciembre, saldrá en su canal de YouTube Jesuitas Acústico: «Son vídeos grabamos con compañeros jesuitas de Centroamérica». Fones confesó tener en vista un nuevo disco para el próximo año, pero prefirió no adelantarlo demasiado «hasta que resulte».


.Escuchá sus canciones en Spotify

8 comentarios sobre “Cristobal Fones: “Abrir el corazón al Jesús de todos los rostros”

  1. Me encanta la música y las letras de los cantos del Padre Cristóbal Fines. Yo lo conocí por medio de sus canciones . Después de una experiencia muy dolorosa al haber perdido 3 miembros de la familia muy queridos y significativos. Me bloqueé y todo lo que quería decir a Dios .Lo dije con sus cantos
    Gracias padre Cristóbal

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  2. Me han alegrado todos los comentarios que se hacen del P.Cristobal Fones sj. Realmente hace mucho bien; sobre todo sus oraciones cantadas son una gran ayuda para acercar a las personas a Jesús. Gracias amigo por todo lo que has logrado en mi corazón. Me has enseñado a amar y a dejarme amar.

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