Ser puentes para los que menos tienen

“¿De qué sirve la riqueza en los bolsillos cuando hay pobreza en el corazón?”, se preguntó un joven en una fría noche marplatense, mientras recordaba las palabras del papa Francisco y repartía viandas a personas en situación de calle en una noche de la caridad. Al ver que quedaban pocas viandas y muchas familias en la fila, Enrique volvió con su vianda sin probar y la ofreció para otro: “Yo puedo esperar, y sino, no pasa nada”, le dijo. Y el joven, desconcertado, pensó: “Acá está el mismo Dios, dándose en modo de alimento”.

Federico Destéffaniz tiene 23 años y estudia derecho en la Universidad Nacional de Mar del Plata. En los últimos tres años sus prioridades y actividades dieron un vuelco cuando, de un momento a otro, junto a sus hermanos y un grupo de amigos, decidieron crear un nuevo espacio dedicado a la promoción social y asistencia a personas en situaciones vulnerables de la ciudad de Mar del Plata.

“Nuestro objetivo es inculcar valores en la sociedad y ayudarlos a superar las difíciles realidades que les toca vivir”.

«En julio de 2016 fuimos a conocer el comedor Dulces Sonrisas del barrio Nuevo Golf. En las dos o tres horas que estuvimos allí me salieron muy pocas palabras, estaba sorprendido por la realidad que veía: las decenas de niños y niñas que iban a comer eran atendidos solo por una mujer, en su casa, con muy pocos recursos. Unos minutos antes de irnos, me acerqué a mi hermano y le dije: ‘No sé qué, pero algo tenemos que hacer’«.

Ese día comenzó todo. Ocho jóvenes con un corazón sensibilizado ante la pobreza, la marginalidad, el hambre y el sufrimiento, decidieron concentrar sus esfuerzos y motivaciones para cambiar esa situación. Así nació Adelante. Hoy es una de las organizaciones solidarias más influyentes de la ciudad balnearia. Más de 200 voluntarios trabajan con más de 200 familias de cinco barrios carenciados y, además, visitan el Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, colaboran con la noche de la caridad de la Plaza Rocha y asisten al Hogar Nazareth.

«Creemos que un mundo mejor es posible. Queremos ser puentes entre los que quieren ayudar y no saben cómo, y los que menos tienen y más necesitan”.

Quienes conforman la organización son jóvenes de entre 16 y 30 años. Una vez por mes realizan una reunión para nuevos voluntarios que cada vez suma más manos para ayudar. Constituida jurídicamente como una asociación civil, brindan apoyo alimentario a quienes concurren a la asociación y los asisten en su desarrollo personal y familiar. “Nuestro objetivo es inculcar valores en la sociedad y ayudarlos a superar las difíciles realidades que les toca vivir».

Adelante organiza actividades recreativas para todas las edades, capacitaciones en distintas áreas a cargo de profesionales, apoyo escolar y eventos en distintas épocas del año. Además, realizan campañas puntuales en distintas etapas del año: juguetes para reyes, útiles escolares a principio de año, ropa de abrigo y frazadas al comenzar el invierto, armado de botiquines y cajas navideñas, campaña que estás desarrollando actualmente. “Para llevar adelante las tareas, nos valemos del esfuerzo y la solidaridad de mucha gente que colabora con nuestra organización, con su tiempo o su aporte material y económico”.

“El enfoque de nuestro grupo no es asistencialista, si no que apunta a algo más profundo, a poder hacer un cambio en la realidad de la gente que hoy más lo necesita”, aclara Fede. Se trata simplemente de “compartir nuestro tiempo libre con los más necesitados”, y además, ayudarlos con las herramientas que necesiten para salir adelante. “Creemos que un mundo mejor es posible, que se puede cambiar, que todos juntos podemos construir una sociedad mejor. Queremos ser puentes entre los que quieren ayudar y no saben cómo, y los que menos tienen y más necesitan”.

Sin embargo, no todos los momentos que se viven son “lindos”, y la fe en Jesús pasa a ser un motor fundamental que acompaña la tarea. En situaciones difíciles y realidades duras de sufrimiento, Federico opta por dejar todo en manos de Dios, “y esto implica ver la mano de Dios en todo. Es ahí donde logro encontrar un poco de paz”.

«Dejar todo en manos de Dios para ver la mano de Dios en todo».

“Esto es un desafío que no lo hubiese podido lograr sin el apoyo en la fe”, cuenta el joven. “A lo largo de los años hubo muchos momentos difíciles, donde el ánimo está flojo y las ganas decaen. En esos momentos, le pido a Dios la energía para continuar y no bajar los brazos; y es increíble ver cómo Él siempre provee, y las fuerzas y la motivación para seguir aparecen”.

Pero otros gestos lo alientan para volver cada día a la tarea de Adelante: “Doy fe de que realmente se ve la mano de Dios: en la mirada de un nene, en el abrazo de alguna persona en situación de calle o en la sonrisa de un chiquito internado en el hospital… y son todos estos gestos los que dan las fuerzas para continuar”.

“Sin dudas aún falta mucho, en Mar del Plata hay más de 100 barrios en situación de vulnerabilidad y riesgo”, nos cuenta Fede. El sueño de Adelante es tener presencia en todos los asentamientos, “un sueño que le pido mucho a Dios. ‘Quien acaricia los pobres, toca la carne de Cristo’, esta frase de Francisco, me marca todos los días, en la cotidianidad, recordándome que al que ayudo es al mismo Jesús”.

Adelante está construyendo su sede propia con un convenio que pactaron con la fundación Banco Provincia. Esta casa será un nuevo espacio para actividades y eventos. Para colaborar con Adelante, comunicate con ellos a través de sus redes sociales, Facebook e Instagram, o hacé un aporte en:

Titular de cuenta: Grupo Adelante Asociación Civil; Francisco Destéffaniz
Número de Cuenta: CC $ 6107-52856/8
CUIL/CUIT: 30-71649457-4
CBU: 0140478801610705285687.

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