Sofía Suárez: «Pongo mi vida en tus manos»

Padre mío, me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.
Lo que hagas de mí te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo, lo acepto todo.
Con tal que Tu voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en Tus manos.
Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón,
porque te amo, y porque para mí amarte es darme,
entregarme en Tus manos sin medida,
con infinita confianza, porque Tu eres mi Padre.

Beato Chales de Foucauld

La docente, curadora y creadora audiovisual colombiana Sofía Suárez, directora artística del Festival Internacional de Cine Católico de Cali, compartió con Iglesia Millennial su experiencia de vida y de fe. Te invitamos a conocerla en esta entrevista.

  • ¿Quién es Sofía Suárez? ¿Cómo te presentarías?

Desde los 22 años he trabajado en el medio audiovisual dentro del país en tres áreas: docencia, creación y curaduría. Como docente en las universidades del país y de la región. Y, al mismo tiempo, paralelamente me desarrollé como creadora y curadora en los festivales de cine.  

  • ¿Qué lugar ocupa Dios en tu vida?

Mi vida gira en torno a vivir como Dios nos propone: desde el amor. He generado estrategias en mi vida, con la gracia de Dios para que Él se vuelva el centro de mi vida.

Mi vida gira en torno a vivir como Dios nos propone: desde el amor

Dios es mi camino, mi verdad y mi vida. Entiendo que Él no quita los dones sino que los va limpiando durante todo el proceso. Es decir, todo el trabajo desarrollado en el campo cinematográfico es para servirle a Él, a sus valores, para que se trasmita su Evangelio y sus mandamientos desde las pantallas y el arte.

Dios es la guía para que todos los dones creativos del campo audiovisual se reconduzcan por un camino por el pueda llevar el mensaje “a los hombres que Él quiera, a los que Él desee y cómo Él desee, cuando Él desee según su divina voluntad”. A Dios es quien sigo en sus valores, al que yo pongo en práctica en mi quehacer profesional y, al mismo tiempo, espero que Él me haga ver cada proyecto que va poniendo en mi corazón. 

Sofía Suárez, Directora Artística del Festival Internacional de Cine Católico de Cali
  • ¿Cuál era tu actividad anterior al Festival Internacional de Cine Católico de Cali (Ficcca) Talita Kum?

Desde el 2000 estaba enfocada en festivales de cine desde lo experimental, en las estéticas de las nuevas tecnologías. En un primer ciclo me moví por toda Colombia hasta Ecuador con una muestra que se llamó “Imagen Invisible”, donde presentaba contenidos audiovisuales, que no podían verse en nuestra cartelera comercial. Cine experimental hecho por artistas, donde no había segmentación ni género. Todos eran cortometrajes. 

De 2006 a 2008, generé otro tipo de festival porque irrumpieron las tecnologías móviles para hacer imágenes. Entonces, se convirtió en el “Mobility Fest” de Cali. 

Desde 2009 hasta el año pasado organicé el Festival Internacional de Cine de Cali. Estuve diez años desde su construcción hasta su madurez. Tuve a cargo la parte gerencial y la curaduría en algunas secciones junto al director artístico Luis Ospina.

El festival se propone mostrar relatos de vida a partir de lo eucarístico

Además, he desarrollado muchos proyectos experimentales en el campo del cine arte y documental. En la docencia siempre estuve vinculada con las universidades de la región. En 2001 y 2002 dicté “Cine Experimental” en las universidades de Colombia. A partir del 2004 me establecí en Cali, en las cátedras de audiovisual, curaduría, video, arte, arquitectura, escenografía y montaje audiovisual. Asimismo, estuve en la parte directiva de la carrera audiovisual de la Universidad Javeriana.  

  • ¿Cómo nació Ficcca? ¿Cuál es su temática u objetivo?

Ficcca nace de toda esta experiencia profesional de festivales de cine desde 1993 (a mis 23 años), en el Primer Festival Internacional de Video Arte en Cali. De hecho, poco antes de comenzar Ficcca, yo le preguntaba al Señor: “¿Por qué desde mis 23 hago festivales de cine? ¿cómo es eso?”. Y cuando di el gran giro en mi vida profesional, comprendí por qué… Porque el fin era hacer un festival internacional de cine católico. Debe ser católico, no interreligioso, no ecuménico, ni espiritual. Es católico porque el sólo nombre católico es inmediatamente depositado y establecido en lo eucarístico. Y esto último es fundamental para el festival, hacerle recordar a todos los visitantes que hay un Dios que murió por ti en la cruz y desde esa cruz, desde ese amor, te redimió. 

Por esta razón, Ficcca nace del amor de Dios hacia los hombres fundado en lo eucarístico, no en mantras o mandalas, ni en el dios que nos hemos inventado. Se trata del Dios que fue capaz de entregar a su Hijo por amor a nosotros. Ficcca nace de toda experiencia organizacional, del deseo profundo de cambiar el contenido de las películas que presentaba antes, entendiendo la potencia de la imagen. La imagen que forma, forma lo imaginario, forma de actuar, de hablar, de relacionarnos…

Los jóvenes y la familia están expuestos a una serie de contenidos donde no se promocionan los valores, la esperanza del hombre como un ser capaz de construir vida; sino, por el contrario, un ser humano que todo el tiempo está destruyendo, haciendo daño, en situaciones dramáticas sin salida y ésto es lo más impresionante. El festival se propone generar pantallas que muestren seres humanos que construyen relatos de vida, a partir de lo eucarístico. El sacrificio más grande es que Dios se haya abajado a ser hombre y que nosotros lo hayamos crucificado. Esta es la paradoja de nuestro Señor y Salvador, que para salvar se hace crucificar, capaz de construir la vida con esperanza.

  • ¿Cómo empezaste a buscar apoyos, colaboraciones o sponsors?

Luego de la experiencia profesional de hacer festivales, de conocer las internas y las áreas, con casi 18 años de trayectoria, fui comprendiendo cómo hacerlo, las comunicaciones, el mercadeo, ya tenía el know how. Ficcca nació con casi 30 salas de proyección, el primer festival tuvo 300 películas.

La segunda parte fue de la mano de Dios. Tuve que pensarlo a nivel diocesano, buscando el aval de los obispos que son quienes legitiman el proceso de evangelización a partir del cine. Entonces, el próximo paso fue generar la estrategia comercial del festival, una serie de pistas gráficas, plataformas y paquetes publicitarios-comerciales, donde se pone un valor de acuerdo al presupuesto. Pero, ¡siempre todo está hecho con oración! en la base de misa diaria, el rezo del rosario y la visita al Santísimo Sacramento. Este festival no lo hago con todas mis fuerzas, sino es Él quien abre puertas. En la oración, Él me coloca tal o cual empresa, y me hace llamar a cierta persona que conozca para dar a conocer el paquete comercial. El Festival es para, por y con Él. Y es Él quien consigue todo recurso.

Con el tiempo, he ido entendiendo que venía de un festival muy costoso y organizado, de alta calidad cinematográfica y de gran cantidad de películas. Me sirvió mucho. En el caso de Ficcca, por un lado, había un público esperando hacía rato y, por otro, fue creciendo poco a poco. Por eso, siguiendo los mismos mecanismos que en los proyectos comerciales, pero a base de oración, se va consiguiendo las personas que quieran participar. Al final, se pagan todos los recursos y todos cobran sus honorarios. Tenemos sponsors fuertes y a medida que el festival va avanzando se nos abren nuevas posibilidades, con la misma dinámica comercial. 

Largometrajes presentados FICCCA

  • ¿Podrías mencionarnos algunos largometrajes que formaron parte de la programación? ¿Cuáles fueron sus repercusiones?

Es muy emocionante escuchar cómo cada espectador fue impactado en su corazón a través de las películas. En el documental “Hospitalarios”, llamado aquí “Las manos de la Virgen”, muchos destacaron cómo la enfermedad de una madre puede ser vista de un modo completamente distinto. Una persona que vio “El misterio del Padre Pío”, la película de clausura, recordó como el sacerdote se quedaba en silencio, esperando que el Señor lo defendiera. Otro espectador confesó haber descubierto que no recurría a sus propias fuerzas sino que esperaba en el Señor.

Otra experiencia muy linda, fue el estreno nacional de la serie “A la luz de mi oscuridad”, que relata la vida de Sor Josefa del Castillo, una religiosa escritora del siglo XVIII, a nivel de Sor Juana Inés de la Cruz y Santa Teresa de Ávila. Cecilia Navia, la actriz protagonista colombiana comentó cómo le costó interpretar el flagelamiento de la religiosa. Entonces, el Señor le regaló el entendimiento del misterio al entregar su actuación. «Todos los dones son de Él, les pertenecen. Lo único que nos pertenece es el dolor. Y, por eso, podemos ofrecerlo». Al terminar la conferencia, una señora se acercó y le dijo: “Gracias, lo que acabas de decir me ayuda a comprender cómo tengo que vivir con mi enfermedad”.

Hay que trabajar con perseverancia, disciplina y oración para que el Señor vaya adelante

Éso es una riqueza incalculable… Y, sin embargo, no podemos saberlo con anticipación. Me recuerdo en “Garabandal, sólo Dios lo sabe”, una señora confesó que volvió a rezar el rosario a las 5 de la madrugada. También, enseñanzas con relación a la fe, ya que las películas son para aquellos que creen y para los que no, o para quienes se hayan dormido en la fe.

¿Cómo ves el cine católico en Latinoamérica? ¿En el mundo?

Hay mucha producción de cine católico en el mundo. En 2018 se generaron 15 producciones. Uno siente que el Señor está propiciando dichos proyectos en su amor hacia los hombres. Producciones importantes de excelente calidad, en la forma de construir los relatos, en la puesta en escena, etc. Tiene un gran valor permitir que se construya un público que le interese este tipo de producciones, que se supone que tiene gran valor estético a partir del mensaje que transmite. En el contexto de festivales latinoamericanos, conozco Arfecine, en Buenos Aires y Venezuela tiene intenciones de hacer uno propio. En este año presentamos “Rosa mística, fragmentos de melancolía”, “Felices los que lloran”, entre otras. En la Argentina hay varias cintas en pre producción, inclusive productoras de cine católico. Todo este movimiento que el Señor está permitiendo es para que el cine cualifique y tenga circulación. Como en todos los sectores de conocimiento, siempre de la mano de Dios, es Él mismo quien está orquestando todo y se están gestando muy buenas cosas. 

  • ¿Cuál es el siguiente paso para Ficcca?

Si Dios lo permite, Ficcca seguirá siendo un festival de cine católico. Ahora estamos trabajando en una muestra móvil que va a dar algunas películas a distintas regiones. Y, también, se inicia un espacio de generar coproducciones con otras partes del mundo a partir de estrategias desde Colombia. Nosotros tenemos leyes de cine muy fuertes que han permitido que el cine se desarrolle y pueda conseguir fondos. Ahora el trabajo que estamos iniciando es para acentuar las coproducciones y la movilidad. 

Momentos FICCCA

  • Para cerrar este reportaje, ¿qué mensaje o reflexión te gustaría dejarnos?

Hay muchas personas interesadas en hacer cine con valores, cine católico. Yo los invito a no dejar el sueño si el deseo está. Siempre colocar el sueño en manos de Dios, ponerlo en oración. La enseñanza que he tenido es que no lo haces con tus propias fuerzas, es Dios quien lo hace. Tú simplemente debes trabajar con perseverancia, disciplina y oración para que el Señor vaya adelante. Se ve muy claramente en el éxodo del pueblo de Israel. Si vamos a comparar nuestras producciones con Hollywood, con las producciones de las grandes distribuidoras del mundo, vamos a perder nuestro referente. Realmente es Dios quien lleva nuestro mensaje. No somos nosotros, es Él. Si nosotros hacemos el festival, Él lo presenta a las personas que quiera. Cuando uno se quita de todos estos parámetros, modelos que nos han puesto en nuestras cabezas, comprende que en la pequeñez todo es posible.

En este festival de tres días, con quince películas, Dios hace su obra. Tú sólo tienes que decirle que sí. Ése es el punto. Decirle sí, sin miedo. En absoluto, sin pensar de qué se va a vivir, si voy a tener con qué pagar el teléfono, manteniéndose en gracia, esforzándose por mantenerse en gracia y Él va a tener los cuidados más dulces, suaves y delicados para con nosotros. ¡Yo te lo puedo asegurar, desde mi experiencia! Así yo me siento tratada por Él. Nunca me ha faltado absolutamente nada.

Dios es tu partner, quien hace posible tus proyectos

El tercer punto es nunca murmurar: “es imposible”, “no se va a poder hacer”, “está muy difícil”. Estas palabras nunca pueden salir de mi corazón porque los proyectos se hacen de la mano del Creador del universo. Quien supo colocar piedra sobre piedra, cómo hacer el agua, el oxígeno, cómo hacer una hoja de árbol, cómo hacer el ala de una mariposa… Entonces, se trabaja con el artista más grande del mundo. Por lo tanto, cómo vas a dudar. ¡No se puede! Solamente, debemos decir: “Señor, muéstrame cómo lo tengo que hacer, cómo hacer una producción de cine sin un millón de dólares. Por favor, muéstrame cómo conseguir el dinero”. Siempre en proyectos audiovisuales alrededor del cine católico, debemos ir de la mano de Dios, con Él por delante porque es Él quien hace, quien gana. Tú espera en oración. 

¿Cómo tengo que hacer esto? es el cuarto punto. Acá Dios es tu partner, quien hace posible tus proyectos. Cuando vas a buscar financiamiento a fondos privados, se cierran las puertas. ¡Así de sencillo! En cambio, dices: “Si Tú quieres que yo haga cine católico o un festival de cine católico pues bien… en este lado las están cerrando, y Tú sabrás dónde me las abrirán”. ¡Nunca desistir, nunca flaquear! Hay momentos muy difíciles, no te puedo decir que no los tenga pero nada que se pueda resolver con la oración es difícil. ¡Todo es posible! La oración, para mí, es el método y tú no puedes decir hoy hago el rosario, mañana no, hoy voy a misa y mañana no. Hay que forzarse porque es el gimnasio del alma. Tu ser físico, de carne, va dejando que el espíritu vaya tomando fuerzas sobre ti. Para Dios anda es imposible, es Dios quien lo va a hacer. Entonces, así es.  

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