“La misión es regalo, ojalá tengamos los brazos y el corazón abiertos”; “Un corazón grande es aquel en donde hay espacio para aprender del otro”; “Compartir con otros el misterio de la vida lo hace menos oscuro y más luminoso”, éstas son algunas de las frases que nos “encuentran” y dan la bienvenida al llegar a las redes de un grupo de jóvenes de espiritualidad ignaciana.
“Encontrados” es el nombre que eligieron para llamar a este proyecto que busca, a través de sus redes, llegar a jóvenes por medio de la oración y con palabras sencillas que nacen de lo compartido en cada encuentro. «La idea es transmitir la experiencia de haber sido ‘encontrados’ por Dios en el camino y lo resumimos en la frase: ‘¿Cómo podría yo buscarte, llamarte, amarte; si tú no me buscas, llamas o amas primero?’ Entonces hablar de encontrados es volver a ese momento, si bien también salimos al encuentro, pero es Dios el que toma la iniciativa y eso es lo que tratamos de reflejar con nuestras publicaciones», nos relata Sol, una de las colaboradoras del proyecto.

SER ENCONTRADOS POR JESÚS
La propuesta comenzó a principios de 2016 de la mano del sacerdote jesuita Marcelo Amaro SJ, quien era en ese momento director del Centro Manresa (centro de pastoral juvenil y vocacional) de la Compañía de Jesús en la ciudad de Córdoba. Primero la idea fue hacer una oración virtual para los jóvenes de la red juvenil ignaciana de Argentina y Uruguay. Con el tiempo, y gracias al compartir en las redes, se fue ampliando el campo de misión, hasta llegar a otras personas y de todas las edades.
“A pesar de estar lejos podemos encontrarnos con nuestra espiritualidad , hablar el mismo idioma y hacer comunidad”
Sol enfatiza en decir que “Encontrados” es un apostolado de espiritualidad cuyo su campo de misión son las redes y eso se refleja en las reflexiones que, acompañadas de coloridas ilustraciones, se comparten cada semana. “Nuestra idea es sumar algo distinto y no repetir esquemas, sino aportar una visión nueva y diferente. Entendemos desde el inicio que, así como para otros el campo de misión (incluso de los demás apostolados que hay en Manresa) es el barrio, o un pueblo, el lugar donde realizan apoyo escolar o el colegio donde van a dar retiros, para nosotros son las redes, ese el lugar donde somos llamados a misionar y tratamos que nuestro mensaje se adapte a ese contexto como en cualquier otra misión«, nos cuenta la joven.
El equipo está formado por jóvenes de Córdoba que se identifican con la espiritualidad ignaciana y este año se sumaron jóvenes de Corrientes en respuesta a la iniciativa de extender el proyecto a toda la red juvenil de Argentina y Uruguay. Si bien debido a la pandemia la convocatoria se detuvo, pudieron seguir trabajando de manera virtual. Al respecto Sol relata: “Lo que vamos viviendo es muy lindo, a pesar de estar lejos podemos encontrarnos con nuestra espiritualidad, hablar el mismo idioma y hacer comunidad”.
COMPARTIR LA VIDA
En sus reuniones, cada uno llega con un material de oración ya rezado y desde ahí ponen en común lo que él les muestra y lo que el Evangelio les va despertando para la vida espiritual, comunitaria y personal. En ese contexto, unidos en un mismo espíritu, se dividen para preparar la siguiente publicación; algunos escriben y después de eso buscan reflejar en una imagen que acompañe la reflexión lo que desean transmitir. La intención es que no sea solo un dibujito, sino que también ayude a rezar a quien le llegue el mensaje.
“Lo que nosotros queremos compartir es lo más lindo que cada uno tiene, que eso pueda ser un punto de encuentro y palabra de Dios para la vida del otro. Es la propia experiencia de Dios, por eso lo que pueden leer en Encontrados lo verán sencillo y a la vez profundo, justamente porque escribimos sobre un Dios que fue hablando a las vidas y que se comparte, como si fuéramos una comunidad de un grupo de la parroquia, pero en las redes», afirma Sol.
“Lo que nosotros queremos compartir es lo más lindo que cada uno tiene, que eso pueda ser un punto de encuentro y palabra de Dios para la vida del otro”
¿Qué es lo que ayuda a rezar y a abrir una puerta para que Dios entre en esa vida, en ese corazón? Este interrogante es lo que guía cada momento y lo que buscan regalar a sus lectores. Es por eso que muchas de sus reflexiones tienen preguntas que interpelan e invitan a que cada uno sienta la libertad de elaborar su propia conclusión, a que complete con oración lo que sienta que es necesario; algo propio de la espiritualidad ignaciana: partir desde pequeños puntos para cada uno ponga en juego su vida.
“Este apostolado nos ha ayudado a todos a profundizar en la vida espiritual y a mirar a un Jesús cercano. La diversidad que hay en el equipo ha generado cosas lindas y ricas, pero también ha implicado recorrer caminos distintos. Lo que compartimos es re profundo, lo pueden leer en las publicaciones. Pararnos en nuestra experiencia de fe no nos separa de nuestra humanidad y de nuestras fragilidades… No solo compartimos alegría, sino que la experiencia de Dios también es incertidumbre, es silencio, es tristeza y es abrazar cada una de ellas. Desde ahí se va generando una comunidad que va acompañando”, expresa Sol con emoción.
APOSTOLADO DE PUERTAS ABIERTAS
Al consultar sobre si hay lugar para aquellos que quieran ser parte de Encontrados, la respuesta es sí. Las puertas están abiertas para los jóvenes que sientan el llamado de llevar la Buena Noticia a través de la comunicación y las redes sociales. La esencia del trabajo en equipo es la acción que se vuelve oración. Ser parte de este proyecto es tener siempre presente que lo que sale del corazón llega al corazón.
Que lindo e importante esto que decís, no lo había pensado de esa manera hasta hoy…desde mi adolescencia, busqué a Dios, como lo que considero que es, un Padre Bueno que guía a su hijo, si éste se deja guiar y ayudar. Sabiendo que nuestra vida está llena de señales, me dispuse a tener un corazón atento para escuchar y sentir su presencia….más de una vez me alejé….y más de una vez me llamó… sabe mejor que nadie quién soy, mis defectos y mis esfuerzos…jamás me he sentido abandonada, porque Él sabe que siempre, en alegrías y tristezas, lo he buscado.
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Gracias por compartir Analía, un abrazo en Jesús.
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