Desde aquel primer Pentecostés hasta hoy, el Espíritu no deja de soplar e impulsar a corazones sedientos de llevar la Buena Noticia. Esa brisa suave y a la vez poderosa llegó a la provincia de Catamarca para fundar una pequeña comunidad de jóvenes con una gran misión: Llevar a Dios a través de la música.

Hace poco más de un año, pude presenciar durante la vigilia de la Beatificación de los mártires riojanos, el show del grupo Elí. Digo show, porque no solo llamó mi atención sino que me generó mucho asombro al ver toda la dedicación con la que realizaban su ministerio. Puede contemplar jóvenes alegres cantando y bailando para el Señor, haciendo canciones divertidas que llevaban a los presentes a alabar a Dios sin darse cuenta, solo bastaba escucharlos y dejarse llevar. Esa madrugada fría se llenó de calidez gracias a ellos y a los que animaban el momento. Nos robaron una sonrisa a todos; y quién sabe… quizás también al mismo Dios al ver a tantos hijos suyos alabarle con tanta naturalidad. 

Franco Rodríguez, cantante y compositor de la banda, nos cuenta que todo surgió en el colegio donde trabaja. Un colegio franciscano, que le dio el espacio para poder comenzar años atrás, organizando una vigilia para Pentecostés. Ahí nació todo: “Debíamos tener una banda que mantuviera a los pibes despiertos desde las 22 hasta las 6. Como yo trabajaba en el colegio y sabía que algunos de ellos tenían talento musical, los convoqué para que participen”, relata con nostalgia aquellos inicios. 

Por supuesto no fue fácil convencerlos; “sacrificar” un sábado por la noche para hacer canciones para Dios, a los adolescentes, no les parecía el mejor plan. Pero lo logró, y ahí comenzaron ensayando algunas canciones para animar. Estos alumnos egresaron del colegio y Franco fue repitiendo la experiencia con otros hasta que Dios los llamó a servir en el Congreso Eucarístico Nacional de Tucumán, en 2016. Ese fue el empujón que necesitaron para darle forma al grupo y bautizarlo con el nombre “Elí”. 

Tomamos a Elí como una forma de comunicarnos con Dios: “Padre acá estamos, esto somos y lo compartimos con nuestros hermanos”

“Andábamos por ahí sin identidad. Lo único que teníamos claro era que queríamos solo una palabra. Y tomamos ‘Elí’ entre todas las opciones, pensando en Jesús crucificado hablándole al Padre. No por la mirada trágica y dolorosa, sino por ese momento concreto donde Jesús se dirige al Padre. Somos un grupo de amigos que hacen música y se dirigen a Dios con este arte, con esta expresión. Nuestro decir ‘Elí’ es esta propuesta, lo tomamos como una forma de comunicarnos con Él: “Padre acá estamos, esto somos y lo compartimos con nuestros hermanos”, define el joven.

Pude conversar con él acerca de su llamado, que creo, puede ayudar y animar a otros a que pierdan el miedo y puedan escuchar la voz del Señor.

¿Cómo vivís el llamado de evangelizar a través de música?
— Desde adolescente me dediqué a la música con un grupo de folclore. Esto se fue dando solito; la fe y la música se encontraron a mis 18 años más o menos. Comencé cantando en la parroquia, en misas con una prima, luego de ver a mi padrino de confirmación haciéndolo. Se fue gestando sin buscarlo y gracias a Dios yo pude ir confirmando que Él me quería haciendo esto con pequeños gestos concretos que tenían que ver con la música, con lo que las canciones iban generando en quienes las escuchaban. Muchos amigos se acercaban a hablarme de las canciones que les habían resonado fuerte en algún momento de su vida y eso me animó a ir a para adelante, porque era algo bueno también para otros.

Lo que decís tiene que ver también con abrir el corazón a Dios y ser dócil a eso. Con las canciones, ¿te pasa lo mismo? ¿Cómo lo vivís en el proceso de componer?
— Es muy divertido y desafiante como músico. Al principio comencé con la dinámica de cambiarle la letra a alguna melodía —eso hacía en la escuela cuando tenía que dar alguna lección con alguna producción— y así comencé, buscando rimas. Hoy todo pasa por mi fe y por lo que hay en mi corazón. Consiste en estar atento, si pasa una melodía la tengo que registrar, si aparece una frase la tengo que escribir, si veo o escucho algo que me hace ruido, lo voy registrando también. Eso, a modo de ejercicio, a mí me sirvió un montón. Después hay que tomarse el tiempo para ir desarrollando cada idea y ahí se va encontrando todo de a poquito. Pero siempre todo surge de algo que ha quedado registrado por ahí, que es sin duda, por donde la inspiración me quiere llevar. Hay canciones que surgieron en 5 minutos y otras que me llevaron meses. Cuando fuimos a Mar del Plata este verano con la banda, teníamos que hacer una canción para el encuentro y la terminamos de componer en el viaje de ida, porque no pasaba nada. Por eso digo que es un proceso muy divertido y a la vez dinámico. 

¿Todo el repertorio que realizan es de autoría de ustedes? 
— Siempre hay canciones que han sido influencia y no se pueden dejar de hacer porque fueron importantes en el camino y te van a acompañar siempre. Luego, al ver que las canciones no hablaban más que de la experiencia de fe de alguien, me animé a ir escribiendo y componiendo algunas cosas, justamente para la vigilia de Pentecostés. Cada vigilia tuvo su canción y salió un disco de esas creaciones llamado «Pente». Entonces cuando llegamos al Congreso ya teníamos canciones que eran nuestras. Hasta el día de hoy soy el que compone, los chicos tienen sus cositas por ahí, pero aún no se animan. Buscamos hacer un aporte y que todo lo que hagamos sea una producción original, nueva y desde la experiencia de fe de cada uno de nosotros, para que ayude a otros como esas canciones que son para toda la vida y que tanto nos ayudaron.

¿Cuál es la rutina para armar un show?
— Al hacer contacto con quien nos llama trato de saber a fondo de qué se trata el evento, a dónde nos dirigimos. De entrada sabemos que vamos a servir, a colaborar; entonces nos ponemos a disposición del encuentro. Si tenemos que animar, armamos un repertorio con algunas de las nuestras y otras que tomamos prestadas y las vamos ubicando en función del clima que queremos generar. Nos gusta largar con mucha fuerza y terminar igual, en el medio vamos variando. Nos ha tocado animar procesiones y el repertorio ahí es totalmente distinto, va variando según dónde nos toque servir. Es parte de la búsqueda, de lo que nosotros queremos. Nos gusta mucho compartir con las comunidades que nos llaman, tratamos siempre de quedarnos después de cada actuación. A nosotros nos hace crecer como comunidad pequeña el compartir con otros. No es la experiencia de subirse al escenario, a unas tablas a bailar y cantar lo que nos hace avanzar, sino lo que compartimos después con la gente, eso es lo más lindo, lo que nos hace crecer en este camino. 

“No es la experiencia de subirse al escenario, a unas tablas a bailar y cantar lo que nos hace avanzar, sino lo que compartimos después con la gente, eso es lo más lindo, lo que nos hace crecer en este camino.”

¿Cómo viven particularmente este tiempo de distanciamiento social?
— Lo tomamos como un desafío para ver que las canciones y la propuesta de Elí se siga escuchando. Nos hemos tenido que reinventar con las cuestiones de las redes sociales, darle mucho más énfasis a eso y encontrarnos con herramientas nuevas que sumen. Creo que evangelizar en redes significa generar nuevas cosas y por eso ahí estamos tratando de encontrar el camino; ha sido y es un desafío muy grande. Hicimos varios vivos y creemos que este tiempo es de total aprendizaje y también es un espacio de creatividad donde nos tenemos que sentar todos los que creemos firmemente en la evangelización a ver de qué manera podemos llegar a quienes les hace falta un poquito de Jesús. 

¿Qué proyectos tienen a futuro?
— No dejar de componer ni de producir. No tenemos videoclips, quisiéramos aprovechar ese lenguaje artístico y hacer propuestas nuevas, incluir nuevas expresiones artísticas y lograr que la propuesta de Elí, no sea solo nuestra, sino compartida. Así que queremos darle manija a todo lo que sea audiovisual en este tiempo. Retomar lo que quedó suspendido por la cuarentena y que tiene que ver con seguir promocionando el disco que publicamos a fines del año pasado, con 10 canciones propias, no tuvimos tiempo de darlo a conocer mucho. También reprogramar los viajes que quedaron pendientes. Y si Dios quiere poder llegar a tocar en una Jornada Mundial de Jóvenes.

¿Qué cambios experimentaste en tu vida espiritual a partir de Elí?
— Creo que Elí sirvió para ponerle nombre a lo que Dios quiere conmigo, con el don que me dio, y como gran aprendizaje el poder compartir sobre todo con los jóvenes que son quienes más nos siguen. El haber podido formar una comunidad muy linda con amigos de muchos lugares del país es una gracia muy grande. Elí es el nombre que Dios le pone a mi vocación. 

Actualmente la banda está formada por diez personas: los encargados de hacer música, los que animan a través del baile y los que se encargan de la comunicación y la asistencia técnica. Una “comunidad pequeña”, —así la llama Franco— con una espiritualidad franciscana que comparte la amistad y el deseo de entregar sus talentos al Señor. Aspiran a abarcar más áreas del arte para que la propuesta sea cada vez más completa y pueda captar todos los sentidos, podríamos decir “evangelizar con la mayor excelencia posible”.   

Han recorrido varios escenarios alrededor del territorio argentino: además del Congreso Eucarístico de Tucumán, el Encuentro Nacional de Juventud en Rosario, el Encuentro Nacional de Jóvenes Franciscanos en Mar del Plata, y hasta sonaron en algún rinconcito de la JMJ en Panamá; todas experiencias que enriquecieron la fe que los une entre sí y con Jesús. 

Con grandes proyectos a futuro, se encuentran promocionando su disco, que lleva por nombre “Trama”, el cual cuenta historias de fe, vínculos y fraternidad. Les aseguro que cuando lo escuchen, no van a poder dejar de corear sus canciones.

¿Se animan a que terminemos esta nota cantando juntos? 

No quiero un corazón decorado,
sino auténtico y capaz de amar.
Si tanto pasó y eso no te ha dejado ver, dejá a Dios ser Dios,
perdé el control que todo va a estar bien.
Más allá de cómo van tus pasos, Él fue preparando este lugar.
Si solo mirás la sombra,
te perdés la gracia de girar y ver la luz.
Te invito a que seas parte de la historia de amor más grande…

CREO PODER MIRARME COMO VOS ME VES
YA NO SOY COMO ANTES, AHORA ESTOY DE PIE
TE SOBRAN MANOS PARA MÍ
YA NO ME CUESTA SONREÍR
CREO MÁS DE LO QUE CREÍ

Fragmento de la canción «Como vos me ves»

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