El papa Francisco nos dice: “El arte es una vía maestra que permite acceder a la fe más que muchas palabras e ideas…’la belleza del arte’ es buena para la vida y crea comunión, porque une a Dios, al hombre y a la creación en una sola sinfonía; porque conecta el pasado, el presente y el futuro, porque atrae al mismo lugar e involucra en la misma mirada a gente diferente y pueblos distantes”.  

En ese camino del arte, compartido por la fe y la verdad, surge el deseo de transmitir un mensaje concreto: el de Jesucristo. Y si hablamos de arte en la Iglesia, debemos hablar de Banuev, una comunidad llamada a anunciar al mundo la belleza que nos ama, nos crea y nos salva, utilizando la pedagogía de Jesús para contribuir a una nueva evangelización a través del arte en todas sus disciplinas.

Desde la arquidiócesis de Buenos Aires, la comunidad promueve construir un espacio de expresión, comunión y oración para los artistas cristianos. Pudimos conversar con su director, Carlos Abregú, quien nos contó sobre la tarea evangelizadora que lleva a cabo este grupo.

Todo lo que vivimos nos permitió conocer y confirmar nuestra vocación artística y el carisma de Banuev como comunidad en la Iglesia. 

¿Cómo y cuándo surge el llamado a evangelizar a través del arte?
El llamado a evangelizar a través del arte surgió luego de un Encuentro de agentes de Pastoral de Juventud en Buenos Aires en 1991, donde trazamos algunas líneas de acción. Como respuesta a eso, nos planteamos realizar una acción concreta que consistió en un festival de música católica realizado en el microestadio de River Plate en 1992. Ese evento y todo lo que vino después -los mismos multifestivales, el desarrollo de las áreas: teatro, artes plásticas, televisión, universitarios y juventud- llevado a cabo en diferentes procesos, nos permitió conocer y confirmar nuestra vocación artística y el carisma de Banuev como comunidad en la Iglesia. 

—¿Qué experiencias consideran como significativas y representativas de su carisma como artistas para Dios?
—Particularmente destacamos los multifestivales de música realizados anualmente, nuestras convivencias nacionales de artistas católicos, nuestra participación en las Jornadas Mundiales de la Juventud (estuvimos en Roma 2000, Köln 2005, Madrid 2011, Río 2013, Cracovia 2016 y Panamá 2019) y, por supuesto, las temporadas y giras de nuestros musicales de teatro en Argentina y el exterior («Hechos de los Apóstoles», «Kolbe, solo el amor crea» y «Jesús de Nazareth, la Pasión»). 

—¿Cómo es la vida espiritual de la comunidad?
—Vivimos el proceso natural de ir definiendo nuestra espiritualidad que se fue nutriendo con los carismas de diversos movimientos de nuestra Iglesia y, en particular, nos ha marcado mucho la experiencia vivida con la Comunidad de Taizé de Francia, en cuanto a la búsqueda de la Belleza y la comunión. 

—¿Tienen espacios de formación para gente que esté interesada en este tipo de evangelización? 
—Realizamos talleres de musicales normalmente en diferentes semestres del año, dirigidos a personas con o sin experiencia artística. 

—¿Se puede ser parte de Banuev? ¿Hay requisitos para ello? 
—Las personas que participan en nuestras convivencias y talleres son invitadas naturalmente a profundizar en la vida comunitaria de Banuev, ya sea en actividades artísticas como pastorales. Otro camino que se ha desarrollado es la inserción vía castings abiertos cuando los mismos se realizan para los musicales de teatro. Los seleccionados en audiciones después terminan formando parte de nuestra comunidad. 

—¿Cómo viven su servicio este tiempo de aislamiento social? 
—La experiencia que transitamos en la pandemia nos ha desafiado a ser más creativos, abordando algunos proyectos audiovisuales en las redes y a profundizar nuestra oración diaria comunitaria donde se ha sumado mucha gente desde sus casas y lugares de trabajo.

—¿Qué mensaje pueden dejar para los que están siguiendo este camino de evangelizar con el arte y para los que aún no se animan a comenzarlo? 
—El arte sana y favorece lazos de comunión. Los animamos a perseverar en la búsqueda de la belleza del rostro de Cristo amado, que es nuestro Salvador y que nos invita a comprometernos más allá de las fronteras existenciales. A abrirse al talento que es don de Dios y puesto al servicio de los demás. Nosotros somos testigos de las maravillas de Dios a través del lenguaje de las artes en cualquier disciplina. Y también los invitamos a no tener miedo de anunciar el mensaje del Evangelio en cualquier areópago actual. 

El arte sana y favorece lazos de comunión

El papa San Juan Pablo II fue otro amante del arte y nos regaló una carta de dedicada a los artistas: «No todos están llamados a ser artistas en el sentido específico de la palabra. Sin embargo, según la expresión del Génesis, a cada hombre se le confía la tarea de ser artífice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra».

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