Hace poco tiempo conocí una canción titulada «Te necesito, María». Es muy linda. Te invito a escucharla… Pero más allá de lo bello de esta canción, me gustaría que hoy nos preguntemos sobre si es realmente cierto esto de que necesitamos de María. Nuestros hermanos cristianos, tal vez, nos puedan hasta tildar de herejes si afirmamos eso. Pero sin caer en extremos ni en sofisticaciones lingüísticas, ¿cuándo decimos que necesitamos de algo? ¿En qué circunstancias usamos la palabra necesidad? Por lo general, decimos o escuchamos: «Necesito vacaciones», «Necesito dormir», «Necesito tomar un poco de aire», «Necesito fumar un pucho»... La pregunta, entonces, es realmente válida: ¿es María una necesidad?
Cuando tenía 6 o 7 años, mis viejos nos regalaron a mi hermano y a mí un tecladito, de esos chiquitos, casi de juguete. Para que no quedara ahí guardado, empezamos a tomar clases con una maestra particular, Patricia. Hoy, después de muchos años, a la distancia, puedo afirmar que ese simple regalo cambió nuestras vidas. Mi hermano se dedica profesionalmente a la música y, para mí, es un modo de expresarme, de compartir y hasta un modo de acceder a Dios. No sería yo sin la música.
Jesús, minutos antes de morir, dijo: «Aquí tienes a tu Madre» (Jn 19,26). Desde la cruz y por medio del discípulo, nos hizo un regalo: a su misma mamá. Sí, María es el regalo que Jesús nos hace. Y como todo verdadero regalo, es gratis y está llamado a recibirse.
En el primer caso, en la medida que fui aprovechando con el tiempo aquel regalo del teclado, mi vida fue siendo transformada por la música. De la misma manera (y mucho más), si nos animamos a recibir el regalo de María como Madre, vamos a poder ir descubriendo un tesoro inmenso capaz de transformar nuestras vidas.
¿Necesito de la música? Y… como dije, no sería yo sin ella. ¿Necesito de María? Y… mucho menos sería yo sin Ella (¡REAL!). ¿Necesitamos de María para llegar a Dios? Y… si el mismísimo Dios nos la regala como Madre, ¿quién va a tener el tupé de mirar a Jesús en la cruz a los ojos y rechazar ese regalo?
Para recibir a María como regalo de Madre, hace falta humildad, apertura y gratitud. Gracias, Jesús, por dejarnos a tu Mamá. Gracias, Jesús, por dejarnos un legado en tu Madre, en los últimos momentos de tu vida. Danos la gracia de seguir atesorando este hermoso regalo y, así, poder ir descubriendo todos los beneficios que hay contenidos en él.
Y a Vos, María, Mamá, sí, te necesito. Te necesitamos. Necesitamos aprender de Vos. Necesitamos que cuides de nosotros. Necesitamos de tu presencia silenciosa y fiel en nuestras vidas.
«La Virgen María es la única mujer en mi vida» (Carlo Acutis)
“María es la esperanza de aquellos a los que no les queda ninguna” (San Efrén)
“No eres más santo porque no eres más devoto de María” (San Bernardo)
¿Qué frase escribirías VOS de María?

Maria,Madre nuestra,acompáñanos!!
Gracias Gracias Gracias,por estar siempre!!!!
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No voy a comentar sobre la necesidad que tenemos de María, la mamá de Jesús y nuestra, María, la de la boda en Caná. Quiero comentar sobre los «cristianos», ese término usado como si los «católicos» no lo fuéramos y como si todos los cristianos no «católicos» rechazaran o ignoraran a María. Los «ortodoxos» son devotos de María. Muchos hermanos no «papistas» honran y aman a María. Las diferencias que tenemos acerca de «siempre virgen» o «Madre de Dios» puede quedar para el diálogo, pero podemos unirnos casi todos los cristianos en el amor profundo que le tenemos.
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