“Se puede ser santo en lo cotidiano, haciendo lo que Dios te invita a hacer cada día, cumpliendo el propio deber”, afirmó el sacerdote salesiano Ricardo Javier Cámpoli SDB, director del film Zatti, hermano nuestro, al preguntarle sobre la figura de este beato italo-argentino. El 26 de marzo de 2020 se estrenó en Buenos Aires el mediometraje que narra la vida de un enfermero y religioso salesiano que supo vivir la santidad en los momentos más difíciles de su vida.
Zatti, hermano nuestro es la primera ficción salesiana argentina para cine, rodada en 2019. Al conversar con su director, el padre Cámpoli, que además es secretario de la Inspectoría Norte Salesiana y delegado de Comunicación Social de la congregación, nos sumergimos en un entramado de relatos que nos invitan a conocer la vida de don Zatti, declarado beato en 2002 por el papa Juan Pablo II.


“Motivos para desplegar lo que aprendí”
Luego de participar en 2018 de un seminario en Roma para promover causas de beatificación y canonización de los miembros de la Familia Salesiana, junto al padre Pedro Narambuena SDB, vicepostulador de la causa de canonización de Artémides Zatti, Cámpoli supo que tenía una misión.
“Don Zatti no es muy conocido en la Argentina. Estuvo muy encapsulado en nuestras capillas de comunidad, en nuestras pequeñas parroquias. Había que darle visibilidad a su figura, no solo para el mundo salesiano, sino para toda la Iglesia argentina, y yo necesitaba motivos para desplegar lo que aprendí”, relata el sacerdote salesiano de 50 años.
«El cine despierta emociones, inquietudes, motivos para ir adelante, razones para vivir…»
Cámpoli se había recibido de licenciado en Producción y Realización Audiovisual: “Quise estudiar cine porque sabía que podía tener una gran respuesta de cara a la evangelización y con los jóvenes”, afirma el religioso, que además dice estar convencido de que “hemos entrado en una generación totalmente audiovisual”.
“En la congregación teníamos que dar un paso: abrirnos a la ficción y no conformarnos solo con el estilo documental. El cine despierta emociones que te hacen mirar la vida de un modo particular, despierta inquietudes y motivos para ir adelante, razones para vivir. Entonces como Iglesia tenemos una cantera de cosas para mostrar”.



El proceso de producción
Al regresar de Roma, comenzó la escritura del guión y se presentó el proyecto en la congregación. El rector mayor de los salesianos, padre Ángel Fernández Artime SDB, tomó conocimiento de la iniciativa y animó su realización. La producción estuvo a cargo del Boletín Salesiano, organismo de comunicación nacional de la obra de Don Bosco: “Los chicos se pusieron muy contentos, era una oportunidad única de crecimiento, un nuevo camino para el boletín”, mencionó Cámpoli.
“Lo cierto es que yo quería testear si servía para la dirección y el guión audiovisual. Pero mi dirección, al ser la primera, resultó ser muy democrática”, dice el sacerdote entre risas. Con 27 actores en escena, las personas que trabajaron en la película fueron más de 50, entre producción, arte, escenografía, vestuario, sonido y técnica, entre otros.
«En lo audiovisual se presenta muy clara la encarnación”
“Empezamos a filmar el 25 de marzo, el día de la Anunciación. Para mí fue muy significativo, porque creo que en lo audiovisual se presenta muy clara la encarnación: es volver a hacer visible el milagro de Dios”, recuerda el padre Ricardo y confiesa: “Yo estaba exultante de alegría”.
Luego de ocho días de rodaje en distintas locaciones de Capital Federal y alrededores, el director del film se sintió reconfortado: “No pude más que llorar porque me di cuenta de que no había estado yo detrás de todo esto, sino que se había logrado por intercesión de don Zatti”.
Quién fue Artémides Zatti
Corría el año 1941 en Viedma cuando Artémides Zatti, a cargo de uno de los primeros hospitales de la Patagonia, fue intimado a desalojar el centro de salud donde trabajaba. Este religioso salesiano nació en Boretto, Italia, en 1880 y emigró a la Argentina, junto a su familia, en 1897.
Siempre cercano a la parroquia de su barrio, Artémides quería ser sacerdote. Pero a causa de padecer tuberculosis, no pudo concluir sus estudios en el seminario. Estando enfermo se encomendó a María Auxiliadora para pedir la gracia de la curación, con la promesa de dedicar su vida a los enfermos. Tiempo después se consagró en la Congregación Salesiana como hermano coadjutor, y quedó a cargo del hospital de Viedma.
A lo largo de su vida, se ve inmerso en situaciones difíciles que reclaman de él una respuesta y “a pesar de que haga todo bien, las cosas salen al revés de lo esperado”, nos cuenta el padre Cámpoli. La producción salesiana intenta reflejar cómo transitó estos momentos de dificultad.


El sacerdote salesiano confiesa haber crecido espiritualmente en estos años junto a Zatti: “Su figura me enseñó que es posible hacer frente a los fracasos y mirar con alegría incluso lo que uno no puede manejar o no merece, una injusticia o algo que no debería haber pasado. Don Zatti nos dice que hay que dejarlo en las manos de Dios, porque es parte de esa voluntad que desconocemos y en ese abandono podemos ser felices. Un tipo que mira la vida con semejante abandono es un tipo que se abandonó mucho antes a la voluntad de Dios y eso a mí me cautiva mucho”.
«Dejarlo en las manos de Dios, porque es parte de esa voluntad que desconocemos, y en ese abandono podemos ser felices«
Próximamente…
La película se reproducirá de modo gratuito en formato digital (subtitulada en siete idiomas) luego de su estreno. De la mano de la procura misionera salesiana, será presentada en diversas capitales de la Argentina y el Uruguay para unir dos realidades de la familia salesiana: don Zatti, junto a los enfermos y los pobres, y el trabajo que realiza la procura para el bien del prójimo.
La primera proyección será en la ciudad de Buenos Aires el jueves 26 de marzo a las 19 en el auditorio de la Casa Salesiana Pío IX, ubicada en Yapeyú 197, Almagro. Para más info visitá la página web de la película, o las redes sociales del Boletín Salesiano: Facebook, Instagram, Twitter y YouTube.
La realización de Zatti, hermano nuestro contó con el apoyo de las dos inspectorías salesianas argentinas y de dos entidades de la congregación en el exterior: Salesiani Don Bosco (Italia) y Misiones Salesianas (España).
