Por el año 1960, Miguel Cardozo, un fraile dominico que daba clases en la Universidad Católica Argentina (UCA), notó una gran sed de Dios en los jóvenes que tenía como alumnos. Recurrió entonces a una práctica muy común de ese tiempo y organizó varios retiros con el formato «Cursillos» para acercar a Cristo a esas almas jóvenes.
Así nació el Movimiento Vida en Gracia (MVG), guiado y acompañado por los frailes dominicos de Buenos Aires. Varios años más tarde, el MVG sigue creciendo en su apostolado y de eso charlamos con Mercedes Pelozo (presidente) y Clara Fabiani (encargada de jornadas), dos de sus integrantes, para conocer un poco más su carisma y sus actividades.
La estructura del MVG
«Desde el principio el Movimiento funciona por Estatuto», nos contó Mercedes. Este estatuto son las bases del funcionamiento y la estructura general del MVG. Establece la existencia de una Secretaría jerárquica con cinco puestos: presidente, secretario, encargado de jornadas, encargado de formación y vocal; que se renuevan, por votación de toda la comunidad, cada dos años o uno en el caso del vocal.
«Somos los encargados de muchas decisiones, pero siempre buscando lo que sea bueno para la comunidad. Estamos en constante contacto entre toda la comunidad, escuchándonos, acompañándonos; también con los frailes dominicos. Y todo lo ponemos en oración». Clara y Mercedes están este año en la secretaría y nos dan su testimonio del rol que desempeñan.
Las actividades de los jóvenes
«La actividad central del Movimiento son las Jornadas». Mercedes explica que se organizan seis retiros al año, tres para mujeres y tres para varones. Los equipos están conformados por ocho integrantes del MVG, siete designados por la secretaría y uno elegido por el animador del equipo como su «pilar».
«La Jornada es la puerta de entrada. El equipo se prepara durante casi un año, en formación, amistad, confianza, para recibir a los chicos y chicas que quieran vivir un fin de semana de triple encuentro, con Dios, con uno mismo y con los demás», detalla Clara. Al terminar esos tres días de retiro inicia el «cuarto día».
«El cuarto día es el resto de nuestras vidas, es el camino de la Gracia vivido y compartido en comunidad», explica Mercedes y continúa: «Por Estatuto, el encuentro de toda la comunidad es la Ultreya, una misa que celebramos todos juntos los primeros viernes de cada mes y después de la cual compartimos una actividad y una comida. Es el grito de aliento que nos damos unos a otros para seguir avanzando con y hacia Cristo».
«El cuarto día es el grito de aliento que nos damos unos a otros para seguir avanzando con y hacia Cristo»
Pero estas no son las únicas actividades. Conociendo la pluralidad de dones y carismas, el MVG está organizado en comisiones: «Cada comisión tiene una dupla de animadores designados por la Secretaría y algunas de ellas tienen equipos fijos que trabajan de un modo similar a los de Jornadas, otras son más libres y desestructuradas», relata Clara.
Las Comisiones
Comisión de Oración: «Es el sostén del movimiento», asegura Clara. Se encarga de preparar adoraciones, rezos del rosario en comunidad y también de organizar la Hora Santa que se reza durante todo el fin de semana cuando hay Jornadas.
Comisión de Formación: «La sed de conocimiento de los jóvenes va cambiando con las realidades sociales, la Comi de Formación se encarga de preparar y traer a la comunidad qué nos enseña la Iglesia sobre esos temas de interés para todos». Con charlas cada mes o bimensuales, y con el asesoramiento de los frailes dominicos, la formación es parte fundamental del MVG.
Comisión de Noche de la Caridad: una vez a la semana, los miércoles, los jóvenes salen al encuentro de las personas en situación de calle. «Alimentar el cuerpo es importante, pero es más una excusa para poder acercarnos a ellos, compartirles la Palabra, una charla y generar vínculos», dice Clara, como parte de su experiencia en este apostolado.
Comisión de Misión: «Como MVG heredamos un destino de misión de los dominicos en Lavalle, Corrientes. La Comi de misión funciona como un equipo. Durante el año se forman y prepararan actividades para los adultos, jóvenes y niños de Lavalle». Los misioneros visitan a este pequeño pueblo en enero y en julio.
Comisión de Eventos: Mercedes asegura que esta es la «Comi» que le da estructura al Movimiento. Es la Comi que trabaja en la gestión de las Jornadas, la que se encarga de la cocina en todas las reuniones de la comunidad. «Son los que más laburan, los que llevan alegría a la comunidad y, sin lugar a dudas, tiene una gran vocación de servicio».
Comisión del Coro: «Cantar es rezar dos veces», recuerda Clara. «El coro es la Comi que se suma en todas las actividades que necesiten música. Las adoraciones, las misas de Ultreya, las clausuras de las Jornadas. Ellos están para acompañar cantando y tocando instrumentos donde los llamen».
El equipo de Luján: este equipo es designado por la Secretaría para preparar la logística de la peregrinación a Luján del Movimiento. Están varios meses preparando el recorrido, las paradas, gestionando los materiales, la comida y todo lo necesario para acompañar y ser sostén de los peregrinos. «Desde el servicio, ellos también peregrinan hacia nuestra Madre«, complementa Mercedes.
Los pilares y el sostén del MVG
«Nuestra gran motivación es Jesucristo»
«Nuestra gran motivación es Jesucristo», expresa Mercedes con una mirada llena de ternura, «el Jesús joven es el que nos mueve a contagiar la fe, a ser familia, como todas las que se formaron en el movimiento, como la que somos entre todos. Familia que ame a la humanidad».
Uno de los lemas del Movimiento es: «No podemos callar lo que hemos visto y oído». La Jornada es para muchos un primer encuentro con Cristo, para otros la renovación de su relación con Jesús, «en la comunidad nos acompañamos, para compartir la fe y la alegría de Jesús, para aprender de otros, para animarnos a ir a contracorriente del mundo, somos amigos en Cristo», agrega Clara.
«Nuestra misión es hablarle a los hombres de Dios y a Dios de los hombres, buscar caminar juntos el camino de la Gracia a través de la formación y la acción, como aprendimos del carisma dominico, pero también con el pasillo, con el compartir y hablar de Jesús entre nosotros, en comunidad», explica también Mercedes.
Un mensaje para los jóvenes
«Como movimiento de jóvenes queremos animarlos a vivir una fe compartida. No es fácil, pero juntos lo es un poco más y en el Movimiento hay un espacio para el que quiera y necesite. Como nos dijo Jesús, ‘Vengan y vean’, aunque no entendamos, porque quien pase por la experiencia de Cristo ya no querrá volver atrás», continúa Mercedes.

Clara complementa: «Y como también nos dijo Cristo, ‘no tengan miedo’, porque ser católico puede ser exigente y difícil en este mundo, pero no podemos callar la alegría del ser cristiano, porque se puede ser católico y a la vez divertido y social».
- El Movimiento Vida en Gracia es juventud, es encuentro, es comunión y es una invitación a todos los jóvenes a jugársela por Cristo, por su alegría y por su verdad. Conocelos en sus redes sociales: @difusion.mvg