El escritor José María Olaizola sj. estuvo de visita en Argentina e invitó a periodistas y comunicadores a un espacio de diálogo e intercambio del que participó Iglesia Millennial.
También dejó un mensaje en exclusiva para IM que te contamos al final 😜.
Con voz suave y pausada, Olaizola comenzó el encuentro manifestando su sorpresa ante la diferencia entre la Argentina de su última visita y la actual, y destacó la sed de sentido que encontró en esta oportunidad.
En un clima tranquilo y descontracturado, el intercambio de experiencias y los consejos del escritor español fueron guiando la conversación.
Al contar cómo fue su introducción en el mundo editorial, Olaizola dijo entre risas que todo inició por «obediencia», su primer libro fue la publicación de su tesis a pedido de la compañía jesuita en la que se formó; pero ya el segundo era un conjunto de reflexiones personales sobre la Iglesia que presentó a la editorial motivado por sus compañeros.

Una publicación llevó a la otra, y poco a poco fue encontrando en la escritura un modo de expresarse, una misión-vocación que se suma a sus responsabilidades dentro de la compañía jesuita.
Las redes sociales son otro gran canal utilizado por el autor que reconoce haber encontrado en ellas un espacio en el que no solo es posible, sino también necesario, llevar a Dios.
Olaizola aprendió con la experiencia que las redes tienen su lenguaje propio, y al mismo tiempo un alcance mucho mayor que solo al público a quien se dirige el mensaje.
Ante esta realidad, reconoció la dificultad de enfrentar los comentarios críticos o negativos en un principio, pero finalmente comprendió que eran solo un síntoma de que esas pocas personas no eran el objetivo de sus mensajes.
El jesuita hizo hincapié en lo importante que es crear contenido destinado a los «no convencidos» de la fe, aquellos que no se consideran católicos pero tampoco lo rechazan y están en la búsqueda de respuestas y sentido para su vida.
Opinó que ese es el contenido que más falta pero el que mayor público tiene, y recordó que, aunque decir «cosas bonitas» es atractivo y ayuda a generar vínculos, un comunicador de la Iglesia no debe dejar de mencionar a Dios, porque Él es quien hace la diferencia.
Respecto de la comunicación, Olaizola recordó que los católicos deben ser «traductores del evangelio» para el mundo de hoy y la relacionó con la idea del baile: es el encuentro de dos partes que se mueven y se complementan acompasados de la música de la vida.
El baile en contraposición a la lucha, el escritor busca salir de la idea de que la vida, con sus cosas buenas y malas, es una «batalla», para transformarla en un baile que se adapta al espacio y a los ritmos musicales.
«Equilibren lo que sienten y lo que piensan»
Al finalizar el encuentro, José María dejó un consejo para el corazón de los jóvenes de hoy: «Ensanchadlo, el corazón no puede ser solamente un lugar de sentimientos, también tiene que estar la capacidad de ver la realidad, de mirar alrededor. Equilibren lo que sienten y lo que piensan, vivimos en un mundo que nos trata a base de estímulos que nos mueven como veletas, pero tenemos la capacidad de tomar decisiones, de pensar, de apostar por algo. Para eso hay que equilibrar corazón y cabeza”.
- José María Olaizola sj. es un escritor y sociólogo español jesuita que intenta ofrecer una mirada a nuestra sociedad que conjugue la fe y la vida cotidiana, con proyectos de comunicación y evangelización. Seguilo en sus redes @jmolaizola