Un espectáculo directo a los sentidos. Luces, sonido de calidad, una butaca bien cómoda y un clima perfectamente diseñado para el encuentro con el Señor. La música nos acerca a Dios, pero también el teatro, la danza, el dibujo y todas las artes en sus distintas esencias hablan de Dios. Esto es Hijos de la Fe, el festival católico que lleva cinco años convocando creyentes y no creyentes a un encuentro interior.
Matías Larrahona es cordobés y está casado hace casi diez años con Lily Escu, cantautora católica pampeana. En 2016, en una oración matrimonial, buscando discernir los proyectos que el Señor tenía preparados para Lily y su banda, se encontraron con la palabra de Gálatas en el capítulo 3, donde dice que “los verdaderos hijos de Abraham son aquellos que tienen fe y todos somos hijos de la fe”. De este modo, apoyados por su comunidad, en el Movimiento de la Palabra de Dios, organizaron un evento musical a fin de año y nació el festival.
Si a los que les gusta el rock tienen un espacio para ellos, ¿por qué a los que les gusta la música católica no pueden tener su espacio donde encontrarla?
“Fue un nacimiento en lo pequeño, en un pesebre, de hecho, fue en la semana previa de Navidad”, nos cuenta Matías, “pero con un anhelo de crecer”. El matrimonio católico pensó: “Si a los que les gusta el rock tienen un espacio para ellos, ¿por qué a los que les gusta la música católica no pueden tener su espacio donde encontrarla?”. En oración, San Pablo en Romanos les dijo: “La fe es un regalo del Señor y para quien la pide y la busca, el Señor la regala. Entonces desde ahí debemos empezar a vivirla, como un bien de todos. Y acercársela a todos, en este modo particular de vivir la fe cercana a la música”, continúa relatando Matías.
Fue así como en 2017, redoblaron las apuestas y el evento se realizó en Studio Teatro, en la ciudad de Córdoba. Lo mismo sucedió en 2018 y 2019, creciendo cada año un poquito más. El pasado sábado 14 de noviembre, el festival se desarrolló esta vez en modalidad virtual, apostando a un encuentro íntimo con cada espectador desde sus hogares.
La evolución de la música y el arte católico
El objetivo de Hijos de la Fe es “compartir un mensaje de fe y esperanza”, se trata de un espacio “para los que creen y para los que no, para los que buscan y todavía no encuentran”. Buscan mostrar al público la “evolución de la música y el arte católico”, ya que muchos desconocen el modo de vivir la fe a través de la música, del teatro o la pintura. Junto a la comunidad cordobesa de artistas católicos Comarca, cada año buscan distintas expresiones para que sean representadas en el festival.
Necesitamos que este tipo de expresión cultural esté presente para recibir mensajes de esperanza y alegría
“Queríamos un espacio que sea para todos, porque Dios nos habla sentados en el piso un día de calor o un día de frío. El Señor nos habla, si nosotros se lo pedimos. Pero qué lindo es recibirlo sentados cómodos en una butaca, con un sonido que llega bien”, mencionó el joven cordobés, quien además confesó que fue un gran desafío poder abrir Hijos de la Fe a la cultura, “no solo a la de los católicos sino a la misma sociedad”, porque “necesitamos que este tipo de expresión cultural esté presente para recibir mensajes de esperanza y alegría”.
Dentro del festival pueden encontrarse tanto bandas chicas, “que están creciendo y haciendo algo nuevo y de calidad”, como “aquellos referentes que van teniendo más progreso en esto de cambiar la cultura de la música católica”, explicó el joven cordobés, “y a quienes tienen el anhelo de tocar, también les podemos dar un lugar en donde hacerlo”.



Un puntapié hacia el encuentro con Dios
Este matrimonio católico vio en Hijos de la Fe una gran puerta hacia la evangelización: “Muchos no se acercan a la Iglesia o no se anotan en un retiro por un freno. Pero al invitarlos al teatro, se pueden encontrar con un mensaje”, indica Matías, porque “cuando las personas se acercan al mensaje del Señor en una canción, un dibujo o en lo actuado, luego también lo encuentran en la Eucaristía. Este es un puntapié para que comiencen su camino de fe”.
Del mismo modo, recibir testimonios “nos confirmó que este era el camino”, recuerda Matías. “Hubo gente que quizás estaba trabajando en el lugar y se acercaba con buenos comentarios, desde la calidad del espectáculo hasta lo que interiormente les movió el corazón”, dijo refiriéndose a personas que no frecuentan la Iglesia, pero a quienes algo del festival los motivó.
Hay algo que realmente quiere mostrarnos el Espíritu para este tiempo a través de este modo
En los últimos años expresiones de fe similares a Hijos de la Fe se presentaron en distintos lugares. Las experiencias de Lumen Sky y Cielo Abierto comenzaban a surgir en otras ciudades de la Argentina y animaban al equipo de Hijos de la Fe a continuar el camino: “Sentimos que no vamos solos. Hay algo que realmente quiere mostrarnos el Espíritu para este tiempo a través de este modo”, intuye Matías, mientras cuenta que “con ellos nos pusimos en contacto para darnos consejos y empezamos a tejer redes para darnos una mano. Fuimos haciendo un camino para hacer crecer este modo de evangelizar”.
El equipo de Hijos de la Fe se fue conformando a lo largo de los años, en un principio con personas cercanas al Movimiento de la Palabra de Dios, y luego con otros que comenzaron a participar del festival y se sumaron al área organizativa. Cada año, hacia el mes de marzo, comienzan a planear qué traerá de nuevo el show para este año y de ese modo diseñan semana a semana el espectáculo.
Hay diversas áreas que se encargan de las distintas etapas del festival, “pero todos aportamos en todo”, aclara Matías. Además, un equipo liderado por Lily se encarga de orar e interceder para que lo organizativo salga bien y el festival pueda dar sus frutos.



La experiencia de la virtualidad
Este año, acompañados por el obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Ricardo Seirutti, y a pesar de la dificultad de la pandemia, pudieron ofrecer un espectáculo virtual y de calidad, manteniendo la misma esencia que los caracteriza. “El público siguió recibiendo el mensaje de Dios a través de los artistas. Esto fue lo más positivo que nos dejó lo virtual. Fue una alegría la cantidad de mensajes recibidos, porque cada artista, con su impronta y su mensaje pudo transmitir algo distinto”, compartió Matías.
Con más de 30.000 espectadores de diversas provincias de la Argentina y varios países como Estados Unidos, México y España, Hijos de la Fe 2020 fue un festival gratuito y solidario, para poder ayudar a Córdoba Urgencia Alimentaria, la unión de Cáritas, Manos Abiertas, Pastoral Social, Radio María, Hombre Nuevo y los jesuitas, que “se pusieron al hombro cubrir la necesidad alimentaria de 25.000 familias”; y por otro lado, “dar una mano a los artistas católicos que dedican su vida a esto, porque requiere mucho gasto”. La posibilidad de colaborar con Hijos de la Fe 2020 sigue disponible en este enlace. La transmisión estuvo a cargo de Sower producciones y de la plataforma Brochero.
espera confiada en la promesa
Matías y Lily consideran a Hijos de la Fe como a un hijo propio. Luego de diez años de matrimonio, pidiendo y esperando confiadamente al hijo de carne y hueso, piensan que este festival les “ha significado esa presencia del Señor a través de un modo que solo Él lo conoce”. “Este hijo va creciendo, teniendo más necesidades, que dentro del matrimonio nos genera alguna discusión, pero tantas alegrías”.
Ellos esperan a ese “hermanito”, porque confían en la promesa que les ha hecho sentir, porque “los tiempos de Dios son perfectos y si tal vez hubiésemos tenido un hijo de carne y hueso, no podríamos haber logrado este camino ni convocado los corazones de quienes lo vivieron. Dios sabe de nuestra espera y nos mantiene en la esperanza de la alegría que nos da este espacio”.
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